RELACIONES LABORALES PELIGROSAS

Es claro que la dinámica del trabajo va a incluir una esfera relacional  y de convivencia, puesto que nuestras emociones y sentimientos más profundos se van a ver expuestos en el lugar donde pasamos gran parte de nuestra vida. Bajo este planteamiento, los compañeros de oficina, colegas, jefes y subordinados  vivirán un complejo entramado de relaciones personales definidas en la mayoría de los casos por situaciones que pudiesen atentar contra la coexistencia pacífica y el clima de productividad que se desea en el ambiente laboral.

En muchos casos la excesiva competencia entre compañeros, las aspiraciones personales de cada trabajador,  la envidia, los conflictos sin resolución y el chisme impregnan el clima de oficinas, sean estas grandes o pequeñas; a la par de este fenómeno vemos a  algunos encargados de recursos humanos que  intentan desesperadamente, en oportunidades sin éxito, tomar cartas en el asunto a fin de promover un clima acorde para el desarrollo productivo.
Lógicamente, la cultura laboral o el clima de una empresa es algo que está basado en  años de relación entre las personas que allí conviven y que siempre va a estar sustentada en los diversos estilos de cada uno de los individuos que forman parte de la organización, conocer los fenómenos que pudiesen afectar el ambiente relacional en el trabajo es la clave para comenzar a trabajar y afrontar esta realidad, gestando cambios en pro del colectivo, por ende en esta oportunidad te presentaré a varios enemigos que día a día atentan contra la armonía en el ambiente laboral.

  • ENEMIGO NÚMERO 1: LA VÍCTIMA LABORAL
Tal y como su nombre indica, se trata de personas que proyectan a lo largo de la jornada laboral una imagen de debilidad, culpa, torpeza e imperfección, su búsqueda es posicionarse como alguien inferior a los demás mostrando excesiva tristeza o quejas constantes sobre sus propias acciones. Generalmente piensan  o quieren dan a entender a los demás, que nunca hacen nada lo suficientemente bien, que siempre hay alguien mejor que ellos, por lo general cometen errores constantes y se refugian en personas “ambulancia” (que lo salvan siempre). El as bajo la manga de este enemigo laboral es que con esta actitud no se responsabiliza de sus acciones y no ejecuta sin ayuda o supervisión constante las tareas propias del cargo, convirtiéndose en una carga para los equipos de trabajo. El antídoto para este enemigo es responsabilizarle de las situaciones, demandando el cumplimiento de sus tareas y roles, dejando que cometa errores, los corrija y aprenda de ellos.

  • ENEMIGO NÚMERO 2: LOS QUEJOSOS
Es claro que si algo nos incomoda, nos causa dolor, nos perturba o nos agrede, lo más común es que nos quejemos, levantando protestas al respecto. Sin embargo, existen personas en nuestro ambiente de trabajo que hacen de su día a día una queja constante. Este tipo de personas se muestran  molestos con todo lo que sucede en el ambiente laboral, la causa fundamental es que están insatisfechos o descontentos con sus vidas personales, su necesidad está más orientada a que sus preocupaciones sean reconocidas que la respuesta satisfactoria ante la  queja. Su as bajo la manga es que crean grupos de quejosos, que demandan cosas y explicaciones sin compromiso real creando un clima laboral pesado y negativo. El antídoto para este enemigo viene en tres capsulas: 1. Escuchar de manera activa y profunda las quejas que se tengan, reconociendo sus preocupaciones y frustraciones reprimidas manteniendo claro el problema puntual y el resto de situaciones personales que le acompañan; 2. Empatice con ellos, hágale saber y sentir que usted entiende su situación, parafrasee constantemente sus preocupaciones, esta  herramienta le hará saber que se le ha estado escuchando, además le permitirá confirmar que ha oído y entendido todo correctamente; 3. Pregúnteles que quieren hacer, ofreciendo la sensación de control, así mismo, hágale responsable de parte del cambio, a fin de involucrarle en la solución.
  • ENEMIGO NÚMERO 3: EL CLUB DE LOS CHISMOSOS
En los ambientes de trabajo es común que se presenten rumores sin fundamento, lo complicado del asunto surge cuando las personas con esta costumbre necesitan a diario crear noticias o críticas para compensar su ansiedad o angustia. En el lugar de trabajo Los chismes tienden a convertirse en un detonante que lleve a un clima laboral insoportable y emocionalmente difícil de manejar, llegando al punto de dañar el desempeño laboral de una persona o un equipo. El as bajo la manga de este enemigo es que el chisme como herramienta comunicacional crea lazos y permite a las personas distraerse, bajo este esquema, lo que inicia con un “escuché mientras él o ella hablaban…” “No me preguntes quién lo dijo, pero…”, “Te lo cuento, pero no lo dije yo…” se convierte en una práctica morbosa que afectar la intimidad, honra y moral de los demás, esto sin sumar que bajan la productividad y calidad en el trabajo, llegan a hacer que se desatienda a los clientes, perdiendo  el enfoque estratégico de la organización. El antídoto para este enemigo es no permitir que estos se conviertan en una piedra en la empresa, confronte los chismes que van en desprestigio de la organización e intente desarticular al equipo de chismosos. El acento fundamental es promover la comunicación sana y abierta que facilite y potencie las relaciones.
  • ENEMIGO NÚMERO 4: EL VIOLENTO Y ACOSADOR
El lugar de trabajo debe ser un ambiente donde todos los participantes se sientan libres y seguros, claro, esto se ve afectado si existe el ejercicio, por parte de una o varias personas, de una violencia psicológica extrema y sistemática que busca debilitar el poder personal de alguien a fin de minimizarle sus oportunidades de ascenso, hacerlo perder una posición de liderazgo o inclusive lograr que esta persona abandone su empleo. La práctica de este enemigo, se lleva a cabo mediante incriminaciones y comentarios intimidatorios, vejatorios e inclusive ultrajantes, que buscan de manera sistemática deteriorar la autoconfianza del trabajador y desacreditarlo con el resto de los compañeros. Estas acciones en la mayoría de los casos se ven acompañadas  de la asignación de tareas que en oportunidades son degradantes o adversas. El as bajo la manga de este enemigo es que al principio es muy complicada su detección, al tener lugar de forma más sutil, llegando a convertirse en la herramienta más utilizada por los empleadores para gestar la renuncia en épocas de inamovilidad laboral. El antídoto para este enemigo es la denuncia oportuna, evitando que la situación de violencia se acrecenté y dañe la integridad de los trabajadores.
  • ENEMIGO NÚMERO 5: LA SEÑORITA APATÍA
Cada persona disfruta o sufre de un modo particular el trabajo, esta manera de vivir la situación laboral vendrá a  incidir en el componente dinámico, creativo y actitudinal que puede favorecer o perjudicar la perspectiva de esfuerzo que requiere la labor y que definirá la realización personal por la que se estime el trabajo que se realiza. Cuando se acentúa la apatía laboral se da una pérdida del sentido o finalidad del trabajo, las personas que padecen esta condición tienen como as bajo la manga la proyección de desmotivación y desdén que hace que otros compañeros de trabajo se adueñen de roles y tareas para posibilitar el cumplimiento de las metas  y objetivos planteados. La apatía llega a instaurarse en la persona como un cáncer, ligado a la rutina laboral, de allí que el mejor antídoto para este enemigo sea el cambio de actividades y la distribución de responsabilidades que ayudan a motivar la creatividad y a alejar por un tiempo la apatía producida por la rutina en el quehacer laboral.
  • ENEMIGO NÚMERO 6: EL NIÑO JUGUETÓN
En todos los ambientes laborales existen personas que no están emocionalmente preparadas para su incorporación al mundo laboral, y que van a denotar altos niveles de inmadurez y frustración. Estas personas generalmente están acostumbradas a que se les evite cualquier tipo de sufrimiento, por ende no se han preparado para hacer frente a la obligaciones del mercado laboral y sus dificultades. El as bajo la manga de este enemigo es que se convierten en los jocosos y juguetones con los que nos gusta compartir algunas horas de nuestra jornada laboral, sin embargo, cuando examinamos claramente sus comportamientos nos damos cuenta de que su inmadurez les hace cometer constantes errores, así mismo son vulnerables al cambio constante de trabajo, puesto que se aburren con facilidad. Otro factor contraproducente de este enemigo se convierte en una fuente para la pérdida de tiempo al no conceptualizar claramente la idea del trabajo responsable. Al igual que muchos enemigos la manera de tratarlo es definiendo claramente las responsabilidades del cargo y en el caso puntual de los juguetones darle plazo para la realización de las tareas, a fin de que cada actividad sea asumida como un reto.
Queda claro lo altamente necesario que se hace para cualquier organización trabajar y atender las relaciones peligrosas que de no ser identificadas  o revertidas se convierten en la causa fundamental en la disminución de la productividad y rendimiento en el trabajo. De allí que querido lector y estimada lectora, si te ha tocado vivir estas situaciones o si te identificas como uno de los enemigos es momento de poner en marcha un plan personal y estratégico que te permita garantizarte la satisfacción en el ambiente de trabajo con base al compromiso asumido con la empresa u organización.

COLUMNA CREADA PARA: WWW.NOTIFALCON.COM

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