En la primera
entrega visualizamos de manera seudo-organizada los parámetros que, siendo para
nosotros extraños o comunes, se corresponden con los aspectos formadores de las
parafilias humanas. Es claro que las parafilias por sus características,
especialmente en casos extremos, suelen ser de mayor conocimiento para el
colectivo, sin embargo, cada día se incrementa el número de personas que de
manera silente vive su sexualidad ligada a una idea de temor y repulsión que
limita o impide el disfrute pleno y responsable de esta actividad humana.
Ambos
fenómenos (parafilias y fobias) nos van a hablar de una gama extensa de
pensamientos y conductas que entre lo patológico y lo normal hacen vida en el
sujeto, articulándose en lo afectivo y modificando las rutas del deseo, al
punto de transformar los modos de experimentar la realidad. En esta entrega
querido lector y estimada lectora, veremos el otro lado del camino, el de las
restricciones personales que de una u otra manera impactan de manera negativa
sobre el desempeño y disfrute de la vida sexual.
En esta segunda entrega: EL
CAMINO ESCABROSO DE LAS FOBIAS SEXUALES
La
sexualidad a lo largo de la historia se ha ligado a muchos mitos, inquietudes,
dudas y prejuicios, que han llegado a constituirse como fuentes principales de
miedos y fobias que puede frustrar el acto amatorio o sexual entorpeciendo la
práctica de la copula y llegando a provocar la ruptura de una relación de
pareja.
Las fobias,
entre ellas las sexuales, harán referencia a un miedo irracional e irresistible
frente a objetos o situaciones diversas a las que se perciben como amenazas
reales, el sujeto que la padece se
siente incapaz de superar el temor haciendo uso de cualquier clase de esfuerzo
intelectual voluntario. Las fobias de tipo sexual afectan a más personas de las
que creemos, llegando a convertirse en un causal potente de bloqueo en esta
área de la vida del sujeto.
Padecer una
fobia de tipo sexual no necesariamente implicará que no desees tener relaciones sexuales, sino
que también acuñe a las reacciones negativas o no esperadas de tu cuerpo frente
a un estímulo en este campo. Es claro, que esta situación llega a provocar
altos niveles de frustración dificultando o impidiendo la descarga de la tensión sexual que su cuerpo siente. De
ese modo, la frustración experimentada por el sujeto suele traducirse en
eyaculación precoz en el caso de los
hombres y en dispaurenia (dolor durante la práctica de la copula sexual)
en el caso de la mujer.
Los estudios
sobre fobias en el campo de la sexualidad definen como punto de origen acontecimientos traumáticos o
restrictivos vividos en la niñez y la adolescencia. Ejemplo de ello lo
constituye una educación sexual muy reprimida, o en algunos casos un hecho
traumático más directo como una violación, así mismo, también se definen como
causales la baja autoestima o la inseguridad extrema en la pareja. De este
modo, se entiende que estos grandes temores suelen afectar directamente a la
persona que los padece creando la percepción de una verdadera atmósfera de peligro que termina despertando los más
profundos sentimientos de ansiedad.
A continuación
querido lector y estimada lectora, nos pasearemos por las fobias sexuales más
comunes que existen:
· AGRAFOBIA: Miedo intenso y persistente a ser
víctima de abuso sexual. De allí que se percibe todo intento sexual de la
pareja como una situación que pudiese desencadenar ese hecho.
· AFENFOSFOBIA: Miedo a ser tocado. Pese a que no
es una fobia puramente sexual, impacta sobre el desenvolvimiento del sujeto en
ese campo.
· ERETOFOBIA: Temor a hablar sobre temas eróticos,
o relacionados con la sexualidad y la pornografía, incluyendo responder
preguntas de estos tópicos. Dicha fobia no responde al criterio de vergüenza.
· EUROTOFOBIA: Miedo irracional a los genitales
femeninos, al punto de bloquear el deseo
e impedir que cualquier acto sexual comience.
· FALOFOBIA: La versión femenina de la eurotofobia
es la falofobia, por ende esta es el miedo irracional a los genitales masculinos
(ya sea verlo o tocarlo).
· FILEMATOFOBIA: Miedo intenso y persistente a ser
besado o a besar.
· GENOFOBIA O COITOFOBIA: Miedo irracional a mantener relaciones sexuales. Normalmente
se manifiesta en el hombre a través de problemas para conseguir y mantener la
erección, mientras que en las mujeres se
evidencia en una acuciosa dificultad para lograr el orgasmo. Esta fobia despierta
una gran sensación de ansiedad sobre el desempeño sexual y el control de los impulsos sexuales, llegando a pensar que se
pudiese perder el control durante el acto sexual. Para otros sujetos, este
temor se asocia a la idea de que el acto
sexual es algo desagradable o detestable.
· GIMNOFOBIA O NUDOFOBIA: Temor a ser vistos desnudos o a ver a otras personas desnudas.
· ITIFALOFOBIA:
Miedo irracional a tener una erección o simplemente pensar en tener una erección. En
este caso los hombres tratan de evitar cualquier situación que pueda
excitarles, para no experimentar la respuesta de su cuerpo.
· MEDOMALACUFOBIA:
Miedo intenso ante la idea de perder la erección.
Es importante señalar que el fóbico desea y
teme al objeto de su miedo al mismo tiempo, por ende busca experiencias que le
acerquen a su objeto de ansiedad y le huye, desea curarse pero teme. Entendido
de otro modo, el sujeto anhela la penetración o el orgasmo pero siente ansiedad
ante la experiencia a vivir y lo que esta involucra. Bajo este esquema y como
hemos observado, querido lector y estimada lectora, las fobias de tipo sexual disparan en el
sujeto cuadros de ansiedad que pudiesen tener orígenes variados, de allí que
cada caso requiere un tratamiento diferencia
de parte de un especialista en Sexología
o Psicología. La invitación es a revisar cada milímetro de nuestra vida sexual
y buscar siempre mantener el mayor grado de inteligencia ligado a este elemento
tan importante de nuestra realidad.
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